Como mover el cuerpo y no morir en el intento

Yo no sé si la edad pasa factura o no pero la inactividad sí y de una manera radical, y me remito a las consecuencias. Hoy estoy  aquí sentada sin pestañear, porque hasta las pestañas me duelen de las agujetas que me gasto señores. A servidora le ponen música y baila como si no hubiera un mañana eso sí, si te has pasado antes un semestre entero cual gallina clueca incubando una silla, pues tu cuerpo si cree que hay un mañana y duro donde los haya. El post de hoy es una realidad latente de como volver a mover tu cuerpo y hacer ejercicio a ciertas edades puede dar casi para una peli de humor made in Almodovar.

Empecemos por lo primero, encajar en tu horario de madre tener a las 8 de la tarde tus obligaciones cumplidas para huir como si no hubiera mañana. Salir vestida de tu casa de una manera que no te contraten para hacer de doble de la Pantoja en cantora en sus momentos chándal (complicado, una tiene el cuerpo que tiene y los chándales que tiene, que si te descuidas alguno es de la época de preñada) Hacedme caso, poneros cómodas porque ese día se te va a clavar hasta el sujetador. Así que mejor uno de esos deportivos, bragas tamaño parapente que no es plan de estar sacándote la goma en cada salto del culo y la camiseta más cómoda que pueda seguir tus movimientos de bailarina entregada a la causa. Solo te falta cara de “lo voy a dar todo” y ya estás lista.

El calentamiento es ese momento donde comienzas a descubrir partes de tu cuerpo que desconocías, pero sobre todo que no sabes que los tienes más enquistado que el PP a Podemos. Ese momento señores, en que dicen inclinaros en forma de bola (que tú piensas pa que si ya soy la bola sin inclinarme)  y en ese silencio y concentración solo se escucha cricricricri, sí claro te suenan las articulaciones de todos los sitios y vas a ser la nota discordante querida. El caso es que el calentamiento, como bien dice la palabra, es para calentar y claro si no estás en forma tu no calientas sino recalientas y terminas más quemada que el tubo de escape de un seat Panda. En definitiva, ya estás como para irte  a casa, pero noooooooooo. Es entonces cuando se oye eso de comenzamos?? (Y tú piensas y lo de hasta ahora que coñ… ha sido).

Te pones en tu sitio seguramente con 7 prendas menos de las que has llevado, porque ya te molestan hasta las bragas de lo que has sudado y te preparas a pillar al vuelo una coreografía que lleva en marcha un mes. No hace falta que os diga que cuando ellas estaban delante yo detrás, y si era la izquierda yo estaba en la derecha, que si había que saltar tu aún te estabas levantando del suelo, era aquello un despropósito de coordinación. Eso sí ya habías sudado el triple que todas y llevas una nota plus en “esfuerzo y dedicación”. Pero tú eres tataranieta de Fred Astaire y le pones en peño en conseguirlo y justo cuando ya lo has pillado se escucha eso de “bueno pues ahora es cuando vamos a aplicar esos cambios de dirección” ¡mátame camión!

Hubo momentos en que me veía cual Celeste Barber que si no la seguís en Instagram  ya estáis tardando hace unas parodias increíbles. Yo pensaba soy ella imitando a beyonce con vena Pantoja 😉 El caso es que tu cuerpo ya ha entrado en calor a unos niveles desorbitados te gastas  unos mofletes que ni Heidi y en ese justo momento escuchas “vale muy bien” y se apaga la música. Lo sé, se te está dibujando una sonrisa en los labios que ni viendo a Brad Pitt en pelotas pero no, es trampa ese muy bien es trampa!!

Justo en ese momento es cuando saca la música con la cual no has ensayado pero es del mismo género y dice: ahora vamos a bailarlo de verdad y tú piensas leches pero si yo ya lo he dado todo en pista. En fin, te toca bailar la coreo 6 veces seguidas y tu cuerpo está como en trance anestesiado y va haciéndolo como puede aunque la voz de mando grite: bailarlo, sentirlo, no lo marquéis y tú piensas si yo lo que tengo marcado es la goma de la braga que la siento y bien sentida.

Entonces llega el estiramiento final, ese donde tu cuerpo supuestamente recibe un buen trato al trabajo ejecutado. En mi caso,  en lugar de eso toca estar atenta a no quedarme clavada en la postura esa que todo el mundo hace con ligereza. Una pierna cruzada una por delante, otra por detrás y que ponen cara de estoy más a gusto que tó y tú estás ahí aguantando para no caer redonda en modo peonza. En fin luego te estiras y dice concentraros 5 min y relajad músculos, ese es el momento en que tú no relajas porque sabes que si lo haces te vas a quedar cual cadáver en el suelo, y hasta que  al día siguiente entren los niños de parvulario a clase de psicomotricidad ni te  mueven. Porque tú lo que estás no es estirada, sino muertamatá. En fin esto tiene solución y sabemos cuál es la de la constancia y dedicación, así que toca mover las piernas para mover el corazón, bajar el oxido de ligamentos y llegar a hacer la posición de piernas cruzadas hasta con chándal y tacones tó chula y relaja.

 

16 thoughts on “Como mover el cuerpo y no morir en el intento

  1. Lo que me he podido reír con el post!!! Al principio de empezar este año con pilates me quedé en la clase de baile de después y una y no más! Ellas que llevan meses preparando y ensayando las coreografías y yo que era un pato mareado sin saber dónde ir Jajajaj
    Animo y constancia que esto de moverse es muy sano y en un mes ya te sabes las coreografía al dedillo!

  2. Jajajajaja! Bragas parapente! XD
    Aix, ya lo dice tú, es cuestión de perseverancia el llegar a marcarte la postura final con desenvoltura de bailarina del Bolshoi! 😛
    Ánimo, que vale mucho la pena el esfuerzo. Yo comencé a hacer natación de forma regular hace unos cinco años y yoga hace tres (bueno, la regularidad del yoga en esos momento es muy cuestionable…) y creo que es una inversión el salud y bienestar personal que lo mola todo. 🙂
    Muas!

  3. Deberías etiquetar este post como peligroso porque me lo acabo de leer en el baño del curro y me ha dado un ataque de risa. Cómo no quería que me oyeran me he tapado la boca y ha sido peor porque parecía que estaba llorando. Y si le añades los 👀 llorosos de la risa pues lote completo!
    Y lo peor es que me visto. Lo iba leyendo y me veía!!! Esa era yo allá por 1990 en clase de Jazz (cómo se llamaba entonces) rodeada de adolescentes que brincaban ligeras cómo gacelas y yo como tres minutos desincronizada pareciendo un pulpo en un garaje.
    Qué arte tienes!!!!🤣

  4. Yo estoy como alguien por ahí arriba, la natación me sientan tan bien, y el yoga, uno activo, pruébalo, va bien para quienes somos inquietas. Me he reído un montón, casi te estaba viendo.

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