Hace tiempo que quería venir a confesarme que me he vuelto ermitaña, yo la tía más social del mundo mundial esta pandemia me ha hecho que me meta en un caparazón y con tan poco hábito se me está olvidando lo que es quedar con la gente, ser capaz de hacer un plan para socializar en un abrir y cerrar de ojos. Ya no sé salir e incluso ya me cuesta hacer un plan porque tengo el hábito incrustado de estar en mi casa, ya sea trabajando o con la rueda de la rutina.
NO es cuestión de miedo, sino de falta de hábito y de hábitat. Este año y medio de locura nos ha cambiado a todos y cada ser reacciona de manera diferente y lo noto. Tengo la sensación que nos hemos acostumbrado a nuestro ecosistema el de yo, mi me conmigo y con mi burbuja, que fuera de ella no sabe si ponerte la escafandra y cambiar de planeta, que el afán por no cagarla, nos ha llevado a no tener claro hasta qué punto podernos volver a intentar ser algo de que lo fuimos. Porque por mucho que lo intentemos nunca volverá a ser lo mismo, hay gente que ya no está, lugares que desaparecieron y personas que optaron por otros caminos o lugares donde vivir.
Me supongo que en esta ecuación el teletrabajo es otro gran enemigo, según como se mire. Éramos muchos los que trabajábamos en casa, pero solos, sin compañía obligada, con la libertad de poder salir cuando lo necesitaras y ahora hay casa que son auténticos coworkings sostenidos por la necesidad de la vida, pero no la convivencia. Lo sé, nadie habla de esto pero he visto muchas parejas que se están soportando por encima de sus posibilidades, alguien tenía que decirlo. Y ojo, lo entiendo, el espacio individual, tu ecosistema propio y tu tiempo es un tesoro muy valioso, que algunos humanos que decidimos procrear tuvimos claro que pasaron a un segundo plano, pero según como en algunos casos se ha aniquilado hasta unos niveles insospechados.
Llega el verano y las ansiadas o necesarias vacaciones, hablo en mi nombre claro está, pero necesito hacer un reset del tamaño de un camión, tengo la sensación de vivir en un cuento donde siempre hay dos opciones para seguir con la historia y ninguna es la del FIN. Pero no vacaciones al uso, sino aquellas que me recuerden que a pesar de todo volveremos a ser un poco lo que fuimos, que lo que se nos robó no volverá, pero queda por caminar. Vacaciones emocionales y de respirar, aquellas donde pueda pensar que al regreso algo habrá cambiado y ya no tocará decir “la nueva normalidad”, porque nos quedará claro que de nueva tiene poco y de normalidad también.
Cuanta gente estará en modo caparazón con esa sensación de ermitaña, cuanta gente habrá perdido el hábito de abrazar, cuanta gente habrá perdido el ritmo de respirar, pensar y disfrutar. Lo sé, la gente me dice que no se olvida y estoy de acuerdo, pero lo vivido mina, deja huella y la recuperación o rehabilitación actúa diferente en cada cuerpo. Desde hace meses decidí respetar la reacción de cada familiar o amigo que forme parte de mi vida, el virus no sentó igual a todo el mundo, pero eso no quita que observe y que vea qué mi ecosistema ha cambiado y que me toca readaptarme y que muchas veces me siento perdida, extraña.
Me supongo que estas reflexiones en alto las hago con la esperanza de saber que no soy la única que mira atrás y de repente le parece que nos ha robado muchos más de lo que en tiempo se refiere, que la sensación es extraña y que los escombros de sus arrase van llegando de manera distinta, pero están y en algunos casos tan ocultos que da miedo pensar la factura que nos ha dejado, sin ni siquiera poder desahogarlo. Leo artículos sobre la huella emocional que ha dejado y que no se ha tratado o valorado y me tiembla todo de pensar como irán saliendo esas heridas a la capa superior, sin saber muchas veces ni como curarlas.
A mí la pandemia me dio fatiga pero también me dio un caparazón que no me gustó y a veces mi modo ermitaña asusta, para qué negarlo.
Pues para cuando salgas, aquí estaremos… verás lo poco que nos cuesta organizarla 😘.
Lo sé amiga, pero si te das cuenta, no llamo, no wassapeo estoy en mi rutina de trabajo y casa y poco más….
Claro que me doy cuenta… pero lo respeto y estoy segura de que encontraremos la manera de volver a arrancar… yo reconozco que nuestro escenario ha sido distinto… así que si hay que montar un plan, me ofrezco que no he perdido el ritmo 🙃
Yo creo que eso ha sido otro problema detonante en las relaciones la diferencia de escenarios y la dificultad de empatizar por la fatiga y la situación
Yo tengo la misma sensación que tu, y lo he comentado en casa hace poco. Creo que esto ha hecho que cerremos demasiado nuestro círculo y que nos hayamos alejado de mucha gente de nuestro alrededor, en ocasiones solo porque hemos entendido esta situación de manera diferente.
Ahora toca ir viendo como se va reorganizando todo, qué se recupera y qué no, pero da un poco de vértigo.
Totalmente de acuerdo en que hemos perdido mucho más que «un año y medio» de nuestra vida
Gracias por tu comentario
Tengo la misma sensación!
Tengo la sensación de estar todavía con un nudo en el estómago que lo que unos creen que ya ha pasado todo otros creemos que todavía estamos a medio camino!
Tengo la sensación de no encontrar mi espacio en la calle pero tampoco en casa.. es cierto que la huella psicológica que nos ha dejado es importante y lo comentaba con una amiga psicóloga el otro día…
No se si es la sensación de ver que a pesar de querer salir a toda pastilla de esta situación, cosa lógica por otra parte..todavía no veo el final!
No me adapto a la nueva normalidad porque esto para mi no lo es… cuesta hacer planes, visitar a los aitites que por distancia o miedo a contagiarles hace que pensemos mucho si merece la pena… y claro que merece la pena pero el miedo muchas veces paraliza más que esas ganas! Y no me quito de la cabeza la gente que se fue y que en mi familia dejó también su terrible marca!
Aquí una que no le cogía la casa debajo y ahora estoy en modo caracol…
Ojalá fuera todo más sencillo….
ME sabe mal por una parte pero por otra me consuela saber que no soy la única.
Aúpa Nerea!! Yo también tengo la misma sensación. Y tengo que hacer el esfuerzo de ir abriéndome otra vez..y a mi hijo de siete años hay días que hay que hacer txantaje para que salga..sobre todo los fines de semana. Ésta pandemia nos ha dejado a todos tocados!..Musus😘😘!!
Mis hijos por suerte no lo tienen y eso me relaja porque como dije el otro día la infancia ha sido la gran olvidada y creo que van a tener también sus secuelas
Buenas!!!
A mí me pasa también. Sobre todo la sensación de que quedó con gente y es como… ¿De verdad me ha merecido la pena? Quizá en casa o haciendo algo solos (en familia) hubiese estado mejor.
En definitiva la sensación es que da pereza relacionarse.
Gracias por el post.
A mi me asusta porque no es pereza en mi caso sino falta de hábito y de estar intentado enteder todo lo sucedido y me da cierto miedo pensar que no socialicemos y nos volvamos más para adentro
No sé por dónde empezar. A mí la pandemia me ha dejado una herida profunda que aún sangra.
Llevo un año en terapia para salir de una depresión y no veo el final, ni de lo mío ni de la pandemia. Cuando llega el viernes y llego a casa de la oficina (no nos dejan teletrabajar, eso es otro melón), lo único que quiero es estar en casa y salgo lo mínimo: a la compra y al parque. Nos hemos metido en una rutina pandémica y nos cuesta hacer otros planes, a pesar de que ya no haya tantas restricciones. Tengo miedo pero también creo que hay cierta inercia, fruto de este año tan duro.
Yo al menos no sé si nunca llegaré a ser la misma de antes y se me parte el alma.
Creo que somos muchas las que estamos en esta situación, no estás sola.
Pues mi recomendación es que fuerces esos planes, te doy mi truco, el miércoles de cada semana tendrás que tener pensado y localizado un plan para el sábado, si hay reserva por medio te obligará a cumplir y empieza a quedar con la gente que sepas que va a respetar tu tiempo pero también te va dar cierta energía positiva, porque sino entra en un agujero peligroso. Ánimo
Hola Nerea, aquí otra más del grupo «Caparazón», por un lado pienso igual que Cris, que esto no ha pasado todavía, quedar todavía se me hace cuesta arriba por las restricciones y por otro lado, he probado el teletrabajo y a mí personalmente me ha dado calidad de vida. Tampoco podemos estar en el patio después de clase y sé que soy la rara, pero el poder bajar al parque con mis hijos a la hora que nos venga bien a todos y no a la que dicte el horario de salida del colegio a nosotros nos ha venido bien.
El teletrabajo es un gran aliado si se mide, se usa con conciliación por medio y se separa bien de la vida de casa pero a veces puede jugar malas pasadas. Gracias por comentar
Hola Nerea
Ha sido leerte y darme cuenta que ha tod@s nos ha pasado lo mismo en mayor o menor grado.
Este Domingo me he reencontrado con mi grups mas cercador de amiga despues de un año sin vernos. La verdad es que me he dado cuenta que necesitaba este reencuentro. Por mucho que pueda hablar con mi parega, familia cercana, etc. lo que puedes hablar, po no decir desahogo, con las amiga es terapèutica. Estaba encertada en un caparazon y no lo sabia.
Me alegro que lo hayas conseguido, yo tengo pendiente eso con mi gente de euskadi
Me has puesto a pensar en este efecto de la pandemia. Y es que las consecuencias son tan visibles que hoy por hoy mi país está viviendo un paro de casi un mes. El nivel de hermetismo y de ser ermitaños no está dejando que el mismo pueblo llegue a un consenso. Porque no hay empatía, los de estratos bajos y el campesino no es comprendido(nunca lo ha sido) pero ahora es muchísimo más notorio. Y la clase trabajadora tampoco es comprendida. Recuerdo mucho y desde hace días que me ronda en la cabeza un mensaje que dió un periodista en su editorial «estamos frente a un país de 48 millones de personas que quieren conquistar sus propios ideales, solos. Con esta mentalidad, el paro nunca va a tener un final cercano» Ahora no solamente es la fuerza pública la que realiza ataques a la población, ahora también la población ataca a la fuerza pública. Y mientras no haya empatía y nos quitemos ese bloqueador visual de que somos los únicos, seguiremos de mal en peor. (Digo en mi contexto nacional).
Gracias de corazón por compartir esta vivencia tan personal y necesaria de una realidad a la que muchas veces ni nos paramos a mirar.
Ánimo
No eres la única. Y no es consuelo…
Me da tristeza, a ver perdido relaciones muy afines, que algún dia espero poder volver a recuperar.
Esta pandemia nos ha hecho cambiar muchos hábitos, el cómo, con quien y cuando relacionarnos o volver a lo que antes era normal. Vamos a necesitar tiempo , peró lo conseguiremos 🙌
Eso espero
A eso que te ocurre ya le han puesto un nombre pseudo científico 🤣 Síndrome de la cabaña o de la caverna. Googlea para más datos Marisa! 😜
Yo ya de nombres estoy servida, también la de fatiga pandémica, pues nada fatigada y en caverna mejor no pienso a lo que me parezco jaja
Me pasa lo mismo
Hasta llegas a agobiarte cuando ya te hablan de planes 😔
A mi me agobia no ser capaz de organizarlo pero si me los ofrecen ahora encantada, necesito volver a tener ciertos alicientes
Hola, somos muchos los que nos hemos vuelto un poco ermitaños (por decirlo suavemente) arrastradados por todo lo que nos ha tocado vivir…por las mil y una circunstancias distintas que nos envuelven…. Pero saldremos, y disfrutaremos de nuevo!
Eso espero…
A mí la pandemia también me creado un super caparazón, claro que en mi caso se a recio a más sumando que yo tengo un cuadro ansioso depresivo y encima después pasas el virus y creo que eso hace que te encierres más. Tengas más miedos, quedes con menos gente, protejas a los tuyos todavía más. Espero que cuando me vacunen y vacunen a todos los míos este miedo este caparazón desaparezca. Muchas gracias Nerea por compartir y saber que esos sentimientos no estoy sola.
A mi me paso al inicio del año, yo volví del hospital sin querer ver a casi nadie, con miedo , pena y tatuado en el alma lo vivido. Hasta febrero no volví a tener fuerza y a ser una persona más o menos de mi edad y en todo ese periodo me volvi para adentro y aún me cuesta salir…
X aquí una que enlazó el confinamiento con el embarazo y ya te digo que me pesa todo mucho. Además tb hay el melón que normalmente quedabamos con un grupo de amigos numeroso y eso ahora no se puede con lo que hemos dejado de quedar… xk claro quien toene derrcho a venirse al plan y quien no? 🤪. Y entras en esa rutina de salir lo imprescindible, de comprar online x no ir de tiendas, etc… y a mi me da pereza hasta hablar x telefono 🤯. Espero ir parriba poco a poco. X ahora me tocará parir con mascarilla, que mi hija mayor no pueda conocer a su hermana hasta que salgamos y que su padre no pueda ir a acompañarla xk si sale del hospital ya no puede volver a entrar 🙄🙄🙄
El tema de parir y de la infancia está siendo terrible, pero pensaba que ahora con la vacunación aflojarían alguna medida que humanizará más ese proceso. En fin espero que todo os vaya bien y ánimo
Me ha encantado el texto l verdad y es verdad yo hasta me siento cómoda de forma ermitaña y eso que he he sido un animal de la socialización era mi motor de escape, pero tener un nuevo bebé y una pandemia pues me ha hecho ermitaña.
Tal cual!!
Lo hablaba el domingo con amigos de hace 20 años ( por teléfono)
Que esta pandemia me ha hecho mucho más casera, da pereza salir al mundo , buscar un plan etc
Pero estoy segura que volveremos a ser los que éramos cuando creamos estar seguros 😍
Espero que así sea.
Ne siento igual y encima cada vez que intento hacer algo. Me da ansiedad. Mi mente trabaja poco y mal. Una pena!! Quiero ser doña planes otra vez. Pero va a ser que va para un rato. Pero lo conseguiremos!!
Lo vamos a conseguir seguro, ánimo.
Buenas Nerea!! Yo ya era algo ermitaña antes de esto .salir a trabajar, volver a casa a disfrutar de mi pequeña y pareja (en el campo sobre todo)
Pero ahora intento hacer algún plan con amigas de toda la vida e incluso con amigas gracias a mi niña.
Vivo en un pueblo de Madrid, pero si viviese cerca de ti, me gustaría sacarte de casa a pasear, tomar un algo y Malamadrear un rato. Todo camino se hace paso a paso. Y todo es comenzarlo. Saludos y ánimo!!!!
Muchas gracias