Escribo esto, aunque en realidad me gustaría gritarlo hasta desgañitarme, pero hace tiempo una amiga me enseñó que escribir es una buena terapia y en el blog, más, pero eso no significa que lo vaya a publicar. Sé que me siento mal, cabreada, con mal cuerpo, porque he decidido ponerme unos fados de fondo y eso es porque necesito esa sensación agridulce que me produce esa música. Llevo semanas viviendo esa parte agridulce de la maternidad, que a veces me de la sensación que no se pueda hablar o que me quede mal cuerpo por contarlo, pero es que la maternidad tiene esas partes duras, que no hay libro ni teoría que sirva y mientras escribo esto, soporto estoica las palabras de mi hijo diciéndome por enésima vez que no lo hará, y hoy con una frialdad que me asusto […]