A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino. Soy cantor, soy embustero me gusta el juego y el vino tengo alma de marinero. No he nacido en el mediterráneo ni tengo alma de marinera, pero los atardeceres son algo que me pueden, y aunque al principio de comenzar este post me parecía una locura, sólo diré que bendita locura. Porque señores, este post es sólo y exclusivamente sobre atardeceres en Ibiza, una experiencia que te deja marcado el alma y la cámara fotográfica.