Lo malo de no ser madre primeriza es que hay fases del crecimiento de tus hijos que les tiene más pánico que a la declaración de la renta. Y la operación pañal, o técnicamente llamada control de esfínteres es una que a mí me daba cierta pereza. Tanto, que el día que la profe de la guarde dijo la palabra cable “mañana mándamela en bragas” automáticamente se me cayeron las mías al suelo del temblor de piernas que me entró.