Estaba en mi penúltimo de año de la Universidad cuando un 23 de abril sonó el timbre del piso de estudiantes. Era una flor, un libro y una carta llena de amor para mí. En ella el que hoy es mi pareja me quería trasmitir lo importante y especial que era esa fecha en Catalunya y lo que le gustaría poder compartirla conmigo. En cierta manera entendí que para ellos era como San Valentín, pero con regalo estipulado y maravilloso, rosas y libro.