Y tampoco me he puesto ropa interior roja, ni me voy a arreglar como si fuera a cenar a un casino, ni estoy ayudando a subir mesas al salón, ni escuchando a nadie tararear ningún villancinco. A contrapronóstico de todo eso, me encuentro en un salón solitario rodeada de kleenex, dopada de paracetamol hasta las cejas e intentanto que no se cuelga esta conexión a pedales que tiene el aitona, porque horas antes de que se acabe el año, he decidido que escribir y si de la cosa hasta publico. Hace un rato mientras conseguía ver mi correo electrónico después de 10 min (conexión a pedales), he descubierto que tenía un mail de wordpress, me felicitaban la navidad y me daban un resumen de mi trayectoría bloguera. Sólo deciros GRACIAS a todos, a los que leeís, a los que comentaís, a […]