Es ese síntoma infantil que produce efectos secundarios en las madres. Nosotros llevamos una larga temporada sufriéndolo y a pesar de sobrellevarlo, tengo que decir en mi contra que a veces me fastidia el tema, un poco bastante. Mi vástago, demuestra gran debilidad por su padre, a pesar de haber sido mi suelo pélvico en que se quedo en aquel paritorio “que li farem” es cuestión de prioridades. Pero empiezo a percatarme que es un síntoma muy usual en aquellos casos donde el padre, es ese gran tipo que entra por la puerta en horarios más tardíos que la madre, por la maldita conciliación laboral de este país, suele ser súper simpático y no suele tener más obligación que ponerse a jugar con él. (Ya sé que no es en todos los casos, así que padres del blogosfera no se […]