Alguna vez había escuchado esas historietas de niños que se encaprichaban con algún juguete, cachivache o artilugio y como su rutina diaria se centraba en pasar el día con ello, llegando incluso a dormir con él. Hasta el día de hoy, el monillo no había tenido ningún episodio de estos niveles, salvo alguna noche que se le ha antojado dormir con alguno de sus cochecillos (especialmente el Audi), pero poco más. Hoy a la tarde su padre le ha comentado que estaba lloviendo, y me supongo que por conexión de ideas, se ha plantado delante del paragüero. Ha sacado un paraguas transparente con lunares (propiedad de la menda), al comunicarle que no era suyo, ha reclamado uno. Así que he aprovechado para darle uno muy graciosos que le compré por internet (maldita la hora en que se me ha ocurrido). […]