Esta ha sido una semana intensa donde las haya, en realidad septiembre llegó pisando fuerte y sin dejar mucho aire que respirar. Hasta el punto de vivir situaciones extremas y no tener tiempo ni a digerirlas. La vida es una obra de teatro dentro del género de la improvisación, donde nunca sabes que personaje va a cambiar de rol, o va desaparecer de repente, o que palabras elegir para que la obra siga para adelante. Esta última semana me he dado cuenta que en un mismo día puedes vivir tantas emociones diferentes que no te dé tiempo a saborearlas o escupirlas. Pero que hay que vivirlas con intensidad y no desaprovechar ni un minuto, nunca sabes cuándo vendrá el regidor de la obra a buscarte y decirte que ya se acabó tu papel.