Un bricoamor imposible

Todo el mundo hablaba de él, todo el mundo lo había probado, todo el mundo lo quería y claro, yo no iba a ser menos y caí rendida a sus pies a la primera de cambio. Grosso error de mi parte, porque nunca pensé que después de la primera vez me tocaría serle infiel porque lo nuestro no podía ser….Chalk o chalky para los amigos había pasado por mi vida fugazmente para adentrarme en el mundo oscuro del DIY y luego dejarme compuesta y sin novio.

Mi última aventura personal o reto ha sido adentrarme en el mundo de las manualidades, reciclajes y handmade. No diré que he salido escaldada, pero si confirmo que ni por asomo he heredado ese gen manitas que tiene mi madre, y que yo creía que podría tenerlo impreso en mi ADN. En fin conticoneso, decidí probar suerte y adentrarme un poco en ese mundo de creatividad, precisión, paciencia, buen gusto e imaginación (cualidades innatas en mí jajaja). Pero nada como intentar superarse o probar, porque con empeño se puede acercar uno a la meta o al menos intentar acabar la carrera.

Mis proyectos eran claros, reciclar una cocinita chulísima que habíamos heredado para neskatilla,  darle una segunda vida diferente a una mesa plegable que tenía muerta de risa en el balcón y curar un maltrecho mueble que había sido de la cocina y que deambulaba por mi balcón. Investigué por mis cuenta con mis amigas manitas y decidí que ya era hora de probar el chalk paint. Para comenzar toda valiente voy yo y me lanzo con espray, estaba tan emocionada que hasta lijé un poco la mesa antes. Aviso, pintar con espray es complicado o al menos requiere su técnica, pero menudo subidón tuve poniendo mi mesa plegable en tono melocotón de Novasol. Me vine arriba y contacte con una gran distribuidora como es PYMA y ahí vino mi primer jarro de agua fría.

Nada como hablar con una profesional para descubrir que don todo terreno no lo es, que el chalk paint no sirve para todo  y menos para exteriores como quería yo, bueno o puede servir pero no te va durar ni un telediario a no ser que lo barnices. Eso, y que para cierta gama de colores o de tipos de pintura que me gustaban tocaba currar mucho, léase lijar etc.… Así que opte por algo que me pareció genial, una pintura apta para niños, con acabado pizarra, resistente y además se podía lavar. Era perfecta para su mesa y silla que al ser heredada también estaban ya más pallí que paquí y por supuesto para cualquier mueble exterior.Eso sí, al no tener esa magia que tiene el chalk paint de pintarse directamente me iba a tocar poner una capa de imprimación, pero bueno prefiero eso a lijar. Pero si os animáis a lijar os recomiendo la gama LASUR que colores más monos.

Pero entonces llegó el mail del amor otra vez, pyma me confirmaba que tenía una gama nueva de xylazel a punto de salir de chalk que podría usar para la cocinita y mesa, que con un barniz posterior aguantaría manos infantiles y daños colaterales. Tiré la lija por el balcón y volví a soñar con el atractivo señor chalky.

Con colaboración de Plata hermanos  me proporcionaron todo el material, así que puse papel de embalar en el balcón e hice toda la maniobra allí . En aquel momento me acordé de la otra pintura especial para niños, ya que una de sus ventajas es que no huele tan fuerte y se seca relativamente pronto y su acabado de tiza está muy chulo. Pero había conseguido conquistar a Chalk otra vez y ahora no había posibilidad de serle infiel.

Por supuesto el poder reciclar muebles del monillo para neskatilla simplemente pintándolos es un puntazo, por no decir la posibilidad de dar segunda vida a todo aquello que ha quedado obsoleto o que nunca te termino de hacer el punto. Por no hablar del aire nuevo que le han dado los muebles al mierder balcón ;-). Ahora solo falta que mi madre lo apruebe, se aceptan apuestas 😉

Quiero agradecer a Esther y a Pyma su paciencia y lo mucho que me enseñó en dos llamadas, así como todo el material que ha puesto a mi alcance (me has introducido en el mundo oscuro a ver ahora quien me saca….) a novasol su momento espray y a todas mis amigas DIY sus consejos.